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De Marie Kondo a Alicia Iglesias: ¿De verdad necesito que me enseñen a ordenar?

doblar ropaMi camino se puede resumir así: Netflix, primer capítulo de la serie de Marie Kondo, crisis de los 40, serie de Marie Kondo rebobinando solo para ver en los momentos donde la gurú entraba en escena y decía algo útil, libro de Marie Kondo, videos de Alicia Iglesias y finalmente, aquí estoy: en un taller de Alicia Iglesias en Barcelona.

La semana que se estrenó la serie en esa plataforma de pago, cuatro columnistas de nuestro periódico escribieron horrorizados por un consejo de Marie Kondo sobre los libros. ¡A la hoguera! Ya volveremos a ello. Pero entonces Marie Kondo y la cuestión del orden entró también en la redacción. ¿En serio que hay una serie sobre cómo ordenar? ¿Marie Kondo es una difusora de una nueva corriente New Age? ¿Tengo que tirar las cosas que no me dan alegría, aunque las necesite -la tabla de planchar, por ejemplo-? Pero la pregunta que hizo un jefe fue ¿De verdad necesito que alguien me enseñe a ordenar?

Pues a la vista de ver mi armario, está claro que sí. Ni una carrera ni un máster, ni todos los cursos sobre analítica web me ayudaron a aprender a ordenar. Como tampoco nadie te enseña a pedir una hipoteca hasta que no estás en el ajo.

Y sí, este es el momento que aparece mi foto con una franja negra sobre mis ojos y confieso: sí, yo también soy desordenadita. Por suerte, en una redacción llena de periodistas, paso bastante desapercibida.

Nunca me había parado a pensar si tengo demasiadas medias, demasiados bolsos, zapatos o pañuelos; como tampoco cómo optimizar el cajón de congelador, o cómo evitar tirar más comida. Mi crisis de los 40 me ha llevado a apartar momentáneamente de mi pensamiento el futuro del periodismo para enfrentarme sin piedad a mi cajón de los calcetines. Viva la prosa.

Así empezó todo -pero sin saludar a mi casa que ya la tengo muy vista por mucho que lo mande Kondo-. La verdad es que me tomé su método a grandes rasgos, que al igual que a la Biblia, no hay que tomársela muy al pie de la letra o acabamos como el Apocalipsis.

Efectivamente, muchos calcetines viudos, alguno agujereado y miles de medias tipo ‘ejecutivos’ a los que ni Sherlock Holmes hubiera sido capaz de encontrarles pareja. Y luego fueron las camisetas -¿de dónde han salido esos agujeritos?-, después las camisas que nunca me pongo porque hay que plancharlas, pantalones que ni recordaba que tenía al final de una balda, o los jerséis que ya no me caben… Y así he pasado semanas y meses.

Tirar cosas, abrir armarios que hace mil siglos que no abres, enfrentarte a cajones que casi ya ni se cierran de la cantidad de miscelánea (aka ‘mierdas’) de cosas que hay ahí, tiene un punto liberador. Y de ahí creo que viene ese rollo new age: no rehuír un problema, afrontar, tomar por fin decisiones, decidir qué conservas y qué deshechas, y ver CUÁNTAS cosas tenemos; sí, es este un ejercicio absolutamente terapéutico.

Así que tras estos meses de transición de la ‘desordenatida’ a una mujer que deja de esperar que los calcetines desemparejados “hagan chas y parezcan a tu lado”, llega la preocupación por ¿cómo ordeno la despensa para que no se aun agujero negro? ¿Cómo puedo evitar que la comida se estropee en la nevera? ¿He entendido que la comida no se regenera en el congelador por muchos años que lleve allí metida?

El 8M debe empezar por los armarios

Allí entra Alicia Iglesias, que con sus pequeños vídeos sobre cuestiones muy prosaicas, aterriza a la realidad las cuestiones domésticas. Uno de sus hits es el menú MENSUAL -con semanas de 5 días- de comida que puede ahorrarte mucho dinero, pero sobretodo, dolores de cabeza. Antes haz una lista para saber qué tienes en la nevera, el congelador (serás capaz de verlo vacío algún día), y la despensa. Di hola a la lista de la compra inversa.

Mucha conciliación y mandangas, pero allí solo había mujeres. A mi crisis de los 40 no le incomodaba la treintena de mujeres que había en la sala. Pero, espera: ¿los hombres no ordenan?, ¿Sus armarios no están desordenados? ¿No viven sepultados por sus zapatillas, sus libros y sus congeladores no rebosan comida caducada? Pues no lo sé, no pude preguntárselo porque allí no había ninguno.

“Hola, me llamo Alicia Iglesias y soy DE VERDAD, organizadora de casas”. Por si había dudas, su aspecto no era la de un post de instagram con filtros. Allí estaba la misma Alicia Iglesias, la única mujer que se conoce todos los nombres de todas las series de Ikea -tu no pasaste de BILLY o KLIPAN-.  Y allí empezó un reguero de cosas y consejos. 3 sartenes, 3 ollas y ni una más. No hace falta tener 3 vajillas ni 20 tazas. Menos es más. Al parecer tengo que desahacerme de algunos juegos de ropa de cama, con dos por cama, basta.

El taller fue una maratón de tareas: ¡la despensa!, ¡la nevera!, ¡el recibidor!, ¡los armarios del baño! ¡el salón es de todos! Y allí cada una iba planteando sus dificultades e inquietudes cuál grupo de ‘Desordenadas Anónimas’. Alicia tenía solución para cada caso.

Pero hubo dos recomendaciones donde un frío silencio recorrió la sala. Uno: si tienes dos mesas, una en la cocina y otra en el salón, y hay una que no utilizas… te sobra una. Houston, tenemos un problema. Luchar contra siglos de convenciones sociales fue muy osado. Y dos: la afirmación de que tu pareja tiene que ordenarse SU parte del armario. ¡¡Amigo!! Aquí hemos tocado hueso. Un pensamiento de “Tú-no-sabes-lo-que-pides” estaba en el ambiente. ¡Ah! El 8M empezará por el armario.

Marie Kondo sugería mantener solo 30 libros, para indignación de escritores y periodistas. Pero cuando el tema llegó al taller, a nadie le parecía quitarle el sueño. No hay más preguntas, señoría. Puede que solo sea un problema de obsesos escritores y periodistas. Pero tranquilos, Alicia no era nada radical con este tema y tiene un consejo para vosotros: encima de las puertas del salón todavía hay espacio para colocar una balda. Guiño, guiño.

Por mi parte, tengo que reconocer que tengo que tirar algunos libros, donarlos o reciclarlos. No voy a volver a leer novelas que ya leí. No voy a leer esos libros que abandoné. Y La revolución de los blogs (2006) no volverá.

Ordenar tu vida, tus rutinas, que abras ese armario sin miedo a que nada se te caiga encima, no te darán la felicidad -prometido- pero harán tu vida más fácil, ahorrarás dinero, simplificarás tu vida y sorpresa, ¡tendrás más tiempo! Como por ejemplo, para escribir este artículo.

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2 comentarios sobre “De Marie Kondo a Alicia Iglesias: ¿De verdad necesito que me enseñen a ordenar?

    1. Jajjaja! Ola, Alexander! Tudo bem? Tú si que sabes de la revolución de los blogs!! ya ves que no publico mucho, hasta me sorprende que hayas llegado a este post! un abrazo!!

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