La sociedad de la transparencia (o por qué iba yo a colgar mi foto en pijama en Instagram)

En Herder acabamos de publicar “La sociedad de la transparencia” un breve ensayo del filósofo alemán de origen coreano Byung-Chul Han. Después de haber conocido “La sociedad del cansancio» en esta ocasión Han busca ampliar nuestra juicio sobre la “transparencia” mucho más allá del ámbito político. Han insiste: la transparencia se está convirtiendo en la nueva obligación, un imperativo del que parece que no podemos escapar y que se aplica a muchos ámbitos de nuestra vida, no solo a la política.

Para Han las personas necesitamos ámbitos de nuestras vidas que no estén expuestos a la mirada del otro, “una iluminación total las quemaría”. Dice Han que «la exposición es explotación».

El Panóptico digital

Para Han La sociedad de la transparencia está íntimamente ligada a la sociedad del control. Una sociedad donde la confianza se ha desvanecido para no quedarle otro remedio que apoyarse en el control. Pero a la vez la paradoja está en el nuevo panóptico digital.

El Panóptico De Bentham fue un proyecto imaginario para una cárcel. Este filósofo belga diseñó la cárcel perfecta: los presos eran vigilados desde un centro elevado sin que pudieran darse cuenta si eran vigilados. Los presos estaban aislados unos de otros. Solo el vigilante era el que podía ver a todos los presos en su totalidad y podía ausentarse de la vigilancia sin que los presos  se dieran cuenta.

Sin embargo ahora en Internet -dice Han- los usuarios ya no están aislados los unos de los otros, al contrario, hipercomunicados entre ellos y sin embargo entregados a la supervivencia de la estructura, exhibiéndose. Si lo que aseguraba en Bentham el control era la soledad, para Han, en el nuevo entorno es precisamente esa hipercomunicación la que hace posible el control.

“Hoy, contra lo que se supone normalmente, la vigilancia no se realiza como ataque a la libertad. Más bien cada uno se entrega voluntariamente a la mirada panóptica (…) El morador panóptico es víctima y actor a la vez».

Han también critica la superficialidad y rapidez del «Me gusta» – y que no hay «No me gusta»- o una política transparente basada tan solo en «opiniones» que por tanto no pueden implicar ningún cambio. Habitar no es posible en un mundo siempre expuesto. Y con la exposión, la explotación. Los usuario «nos vendemos» a nosotros mismos. La hipercomunicación e sobreinformación no garantiza ninguna «verdad» sino que la dificulta.

Byung-Chul Han desarrolla muchas ideas que me han parecido muy sugerentes pero quizá en todo no estoy de acuerdo. Quizá pueda parecer exagerado o incluso ciertamente pesimista (¿o más bien realista?), pero lo que me hizo recordar el otro día a Byung-Chul Han (José-Antonio Han para los amigos) fue un probador de ropa. Sí.

La realidad: fui a comprarme un pijama. y me encontré este mensaje en el probador:

Instagram, Share your outfit with us #TEZENIS

 

Por qué iba yo a colgar mi foto en pijama en Instagram

Queda muy cool dicho en inglés. Pero la realidad es esta: quieren que colguemos nuestras fotos en pijama o -si hay suerte- en ropa interior. Lo peor es que busqué el hashtag y hay gente que lo hace… ¿Esto era la transparencia total, no? ¿O es peor contar tu vida?

 

*He puesto una foto mía de la Apple Store de Barcelona. Es muy…transparente, todo es muy transparente allí.  Pero ¿os habéis fijado que las cajas registradoras están discretamente camufladas en algunas mesas?. Es que como si el dinero no existiera allí, ensucia. La Store es más parecida a un museo que a una tienda. Curioso, ¿no os parece?

 

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